México ha vuelto a sufrir los estragos de un gran sismo que hizo recordar los graves daños sufridos hace 32 años, exactamente el mismo día que sucedió el terremoto de 1985. La historia se volvió a repetir, esta vez con una sacudida de 7.1 grados en la escala de Richter.
Estos hechos nos hacen revivir la tragedia vivida aquella mañana del ’85 en Ciudad de México, sin embargo, en esta ocasión, el epicentro ocurrió en el Estado de Morelos, entidad que recibió los mayores golpes del temblor, afectando además a Puebla, Guerrero y algunas partes de Oaxaca, quienes recordemos que hace 1 semana sufrieron terribles daños a causa del temblor de la semana pasada, junto a Chiapas.
Secretaría de Gobernación declaró la Ciudad de México como zona de desastre pues muchos edificios han colapsado, pero esta desgracia no ha minado el ánimo de los mexicanos. Aunque solemos obtener la esperanza de un mejor país en manos de triunfos ajenos, hoy se comprueba que la solidaridad en México descubre el héroe que existe en cada uno de nosotros.
Al paso de las horas, se han manifestado una unión y apoyo increíbles por parte de nuestra sociedad que nos hace conmocionarnos hasta las lágrimas, con lo cual somos capaces de declarar que nuestro país se volverá a levantar para reconstruir la gloria que merecemos.
Cadenas humanas de civiles se han formado alrededor de estructuras colapsadas para liberar las zonas de escombros prestando su invaluable ayuda a los Topos, Cruz Roja, la Marina, el Ejército y otros cuerpos rescatistas.
Así mismo, brigadistas y voluntarios se han organizado impecablemente para guardar silencio con una señal que se ha vuelto un símbolo heroico, levantar los puños, esto con el objetivo de hacer el menor ruido posible que ayude a escuchar a quienes aún se encuentran atrapados con vida bajo los derrumbes.
Además de las cadenas humanas, habemos personas dando comida en las calles, ciclistas repartiendo víveres, motociclistas transportando paramédicos, automovilistas dando aventones ante la saturación del transporte público y vecinos abriendo sus redes wifi para soportar las comunicaciones móviles durante el estado de emergencia.
Por supuesto, no nos olvidamos de las mascotas, tanto nuestros compañeros de hogar como los caninos que han logrado identificar personas con vida bajo las estructuras caídas. En caso de toparte con una mascota desorientada, apóyalo hasta encontrar su dueño.
Este es el México chingón que amamos, el México que sabe que, sin importar las desgracias, siempre estaremos unidos. Y aunque hoy guardemos luto y lloremos nuestra tragedia, mañana los mexicanos se levantarán más fuertes que nunca.
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