Niña Genio es La Psicóloga Mexicana Más Joven del Mundo con Maestría
Dafne Almazán Anaya es la psicóloga mexicana más joven del mundo, graduada en esta profesión a los 13 años de edad. Hoy, a sus 16, acaba de terminar su maestría en Educación con Acentuación en Mecanismos de Enseñanza–Aprendizaje que estudió en el Tecnológico de Monterrey.
Dafne se ha convertido también en una de las pocas personas en obtener un posgrado a tan corta edad, en la cual realizó su tesis sobre los efectos positivos de la Educación Diferenciada en la Enseñanza de Matemáticas para Sobredotados en niveles educativos elementales.
En su estudio, la joven genio se limitó al álgebra básico porque fue el área de más bajo rendimiento nacional en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA). Ahora su nuevo reto es iniciar la carrera en Leyes para después hacer el doctorado que espera terminar a los 18 años.
Andrew Almazán y el Centro de Atención al Talento.
Los niños sobredotados como Dafne son mal diagnosticados con síndrome de déficit de atención o como malos estudiantes, siendo rechazados con riesgo a padecer baja autoestima por ser diferentes a la media, un problema al que se enfrentaron sus padres, el Dr. Asdrúbal Almazán y su esposa Dunia Anaya, maestra en Educación.
Para fortuna de su hija, ella tuvo un proceso de crecimiento y aprendizaje menos complicado gracias a la experiencia adquirida con su hermano mayor Andrew Almazán, quien a los 3 años presentaba los síntomas y rechazo de sus compañeros en una escuela tradicional.
En su búsqueda por ayuda, recibieron muchos diagnósticos erróneos, por lo que hicieron lo mejor que podían para comprender a Andrew. Al darse cuenta de las capacidades de su primer hijo, decidieron crear el Centro de Atención al Talento (CEDAT).
Este recinto es hoy el organismo más grande de América Latina de sobredotados que ha ayudado a más de 4000 niños que muchas veces sufren de discriminación educativa y social. Andrew es parte del staff a cargo de la dirección del departamento de psicología.
Para fungir este puesto, el joven se graduó en psicología a los 16 años en la Universidad del Valle de México con Mención Honorífica por Alto Desempeño Académico. A los 18 se titula como médico cirujano por la Universidad Panamericana, siguiendo los pasos de su padre.
Sumado a esto, Andrew tiene maestría en Educación con Acentuación en Desarrollo Cognitivo y un doctorado en Innovación Educativa por el Tec de Monterrey. Actualmente también es Presidente de la Federación Mexicana de Sobredotación Intelectual (FEMESI).
“Falso que un niño genio pierda su infancia”.
Dafne aprendió a caminar antes de cumplir su primer año de vida. Sus padres le daban crayolas y hojas para pintar, pero ella insistía en pedir lápices. Por lo que, con una servilleta escondida y viendo a su hermana Delanie Almazán, aprendió a leer y escribir a los 2 años y medio.
“Quería los lápices porque con la crayola no podía escribir. Entonces cuando vimos que había aprendido a leer dijimos: ‘No podemos luchar contra eso, sino vamos a estar en el otro extremo'”, dice su padre.
La menor de los 3 hermanos Almazán terminó la primaria a los 6, un año después la secundaria y la preparatoria en 2 más. A sus 10 años inició la universidad, titulándose a los 13. Ha sido incluida en la lista de las 50 mujeres más poderosas de México porque su caso fue inspirador.
Dafne asegura que “es falso que un niño genio se pierde la etapa de la infancia, que se la pase estudiando todo el día”. Gracias al apoyo de sus padres quienes la inscribieron al CEDAT cuando tenía 8 años de edad, con su hermana mayor, lleva una vida normal, donde la única diferencia es que estudia a un paso más acelerado.
Cuando Dafne no está estudiando, la puedes encontrar tocando el piano, violín, jugando con sus perros, practicando karate, kempo, además que ama cocinar y ver películas, es fan de Star Wars y del Juego de Ender, un filme que aborda el tema de niños sobredotados.
En 2016 recibió el Premio Nacional de Psicología, y por parte del Tecnológico de Monterrey recibió el galardón de “Mujer Tec”. La pequeña licenciada agradece los reconocimientos, pero su ambición es cambiar la educación de niños superdotados.
Tiene como proyecto personal detectar con mayor facilidad a los menores de edad con grandes capacidades, para evitar que al estar en un sistema educativo tradicional, sufran de bullying y depresión: “Todavía falta pero cuando haya acabado el doctorado me gustaría dar clases a los niños, me gusta mucho enseñarles”.
Según datos del CEDAT, el perfil de un niño sobredotado en México es el siguiente, de acuerdo a más de 1600 casos que han atendido:
- Hiperactividad, que disminuye al presentarse una tarea demandante o de interés para el niño.
- Aprendizaje rápido.
- Distraído (por la hipersensibilidad de los sentidos), aunque con la capacidad de aprendizaje sin prestar atención.
- Interviene en pláticas de adultos y puede comprenderlas.
- Le gusta conversar con gente mayor que él.
- Continuamente arma objetos o estructuras.
- Tiende a querer imponer sus reglas.
- Sensible en el área emocional.
- Baja tolerancia a la frustración, lo que genera una búsqueda incansable por conseguir siempre sus objetivos.
Modelo educativo del CEDAT.
La clave del éxito de la educación impartida en el Centro de Atención a Talento es mantenerse alejados de la gente más grande, esto basado en la Teoría Nouménica, un modelo psicopedagógico que realiza la segregación total de niños genios.
La Nouménica es un método de aceleración radical de aprendizaje, donde el niño se centra principalmente en sus estudios, dejando que aprenda sin ningún tipo de límite. Y otro ingrediente al sistema opinan que es la estabilidad emocional y la unidad del núcleo familiar.
En el CEDAT trabajan de manera muy especial con la competencia y los celos pues los sobredotados son demasiado competitivos, incluso aquellos con solo 2 años de edad. Todos quieren ser los mejores, por lo que debe entrar la dinámica familiar de enseñanza y unión con respeto.
“Lo vi en mis compañeros. Si a mí me gusta mucho saber, a ellos más, compiten mucho. Aunque tengas tus amigos, tú quieres ser el mejor, eso pasa seguido aquí”, señala Dafne, quien tiene claro sus próximos pasos: Desarrollarse profesionalmente para ayudar a salir adelante a los sobredotados, que no sufran y que vean que sí se puede.