La Asamblea Legislativa de la Ciudad de México entregó el doctor honoris causa a los atletas mexicanos, el clavadista olímpico Rommel Pacheco, y la alpinista del Everest, Karla Susana Wheelock, por sus trayectorias en el deporte y su extensa contribución a la sociedad.
Este nombramiento es otorgado por el Claustro Doctoral Iberoamericano, en un evento que se llevó a cabo en el auditorio Benito Juárez, con un grupo de más de 20 poseedores de este reconocimiento donde también premiaron a otros profesionistas.
Este título honorífico es brindado principalmente a personajes que han destacado en ámbitos profesionales y que no son necesariamente licenciados en una carrera. Un doctor honoris causa recibe el mismo tratamiento y privilegios que aquellos que obtienen su doctorado académico de forma convencional.
El embajador Arturo Cruz Cabrera, quien encabezó el acto, describió el doctorado como un reconocimiento de las experiencias de vida de un individuo, que en latín significa ‘por causa de honor’, el cual destaca acciones de servicio que transcienden a personas, familia e instituciones.
En 1999, Karla fue la primer mujer latinoamericana en conquistar la cima del Everest. Hoy, además de ser alpinista, es autora, conferencista, empresaria y madre. Posee gran pasión para compartir sus experiencias a través de charlas de motivación, y fundaciones donde su labor altruista es reconocida a nivel mundial.
Al recibir su distinción en la Asamblea Legislativa, Karla declaró:
“Los montañistas tenemos una frase: Tu actitud determina tu altitud. Eres tú y solamente tú quien va a determinar qué tan alto quieres llegar.”
Por su parte, Rommel Pacheco, quien practica natación desde los tres años de edad, y es también Licenciado en Administración con Maestría, comentó que ha llegado tan lejos representando a México en eventos nacionales e internacionales gracias al apoyo de su familia y entrenadora.
En la carrera de Rommel se destacan sus participaciones en los Juegos Olímpicos, su medalla de oro en plataforma de 10 metros durante los Juegos Panamericanos 2003 de Santo Domingo, y una presea de plata en 2007, en los de Río de Janeiro.
Al recibir su reconocimiento, el clavadista mexicano dijo:
“Un campeón a veces no es buena persona, pero una buena persona sí es un campeón.”
El clavadista es el único mexicano con clavado perfecto en competición internacional durante los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, y cuenta además con 22 medallas en total, 11 de oro, cinco de plata y seis de bronce.
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