Ana Gabriela Gallardo, ingeniera electrónica médica por la Universidad Autónoma de Guadalajara, siempre ha buscado ejercer su pasión por la tecnología en investigaciones que aportan al área de la salud, y fue así como creó un páncreas artificial que regula diabetes tipo 1.
Antes de llegar a la invención que ayudará a miles que sufren de altos niveles de glucosa en la sangre, Ana inició a trabajar en el Hospital Civil de Guadalajara, en Cirugías Experimentales de la Unidad de Cardiología, lugar donde nació su interés por la investigación.
Debido a que nuestro país tiene altos índices de obesidad, un gran factor de riesgo para padecer diabetes, el Instituto Mexicano del Seguro Social reporta que cada año hay 150 mil nuevos diagnósticos de jóvenes con este mal, y cerca del 30% no sabe que lo sufre.
Muchas personas no controlan bien sus niveles de azúcar en la sangre, algo indispensable para evitar las complicaciones del padecimiento; por lo que, con ayuda de la Escuela de Ingeniería de la UNAM y el Centro Médico Siglo XXI, Gallardo comienza el proyecto “Modos Deslizantes de Orden Superior para el Páncreas Artificial”.
Mientas trabajaba con bombas de circulación extracorpórea para cirugías a corazón abierto, ideó una búsqueda por mejorar la dosificación de insulina en pacientes con diabetes tipo 1, ya que la terapia más usada son inyecciones de la hormona por su bajo costo.
Es así como Gallardo y el equipo de investigadores integrado por biomédicos, doctores, matemáticos, veterinarios y biólogos, diseñan un prototipo inteligente útil para todo paciente en cualquier circunstancia, el cual es un sensor que mide niveles de glucosa en tiempo real.
Además del dispositivo medidor, también posee una bomba que suministra la dosis de insulina necesaria de forma automatizada, regulando niveles de azúcar sin importar el estado de avance de la enfermedad, ni la cantidad de carbohidratos ingeridos o práctica de ejercicio.
Lo anterior fue muy importante para evitar una mala administración del medicamento al paciente, pero gracias a la creación de un algoritmo matemático, se pudo tener mayor control sobre variables como cambios de humor, hormona del crecimiento o la dieta de alimentos.
“Una muestra clara son los más pequeños: la respuesta fisiológica de un niño cambia cuando tiene una rabieta y eso no se puede predecir”, explicó la doctora.
Este dispositivo también podría emplearse en la dosificación de cualquier medicamento, siempre y cuando se pueda obtener una respuesta medible de éste. Gallardo busca aplicarlo al anestésico propofol, que aunque se encuentra en investigación, lo considera un reto de ingeniería emocionante.
Gracias al dispositivo de páncreas artificial que regula diabetes tipo 1, Ana mejora la calidad de vida del paciente y su atención médica al aplicarse insulina de forma más sencilla, evitando las molestas punciones requerida para mantener la glucosa en rangos estables.
Debido a esta innovación, Gallardo fue premiada en 2013 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), reconocida con el galardón “Innovadores Menores de 35 años en México“ identificándola dentro de los mejores trabajos de investigación.
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